Había una vez,
un joven camarero,
trabajaba bien y con empeño,
pero no era del todo sincero.
Sincero consigo mismo no quería serlo,
y quería ocultar todos sus miedos,
todos sus sentimientos.
Tenía ilusiones y sueños,
acompañados de muchos miedos,
se dejaba vencer por ellos,
y se estaba pudriendo por dentro.
Le faltaba algo de valor,
y dejar los miedos a un lado,
seguir las sensaciones del corazón,
como él había pensado,
y tantas veces imaginado.
No se daba cuenta,
que poco a poco moría,
o escuchaba a su corazón,
o así no viviría.
Cuando recogió el valor suficiente,
y fue capaz de alejar de la mente,
todos sus miedos y lo que diría la gente,
luchó por sus sueños e ilusiones,
y aunque tuvo varias desilusiones,
era feliz pues si algún día miraba atrás,
no se arrepentiría jamás,
pues no hay nada peor en la vida,
que estar viviendo una mentira.
“Más vale intentar lo imposible,
y morir en el empeño,
y ser feliz mientras tanto,
luchas por el sueño”.
Había una vez un joven camarero,
el cual siguió sus sueños,
y logró superar sus miedos.
Escuchar al camarero,
que hay dentro de vosotros,
al soñador que vive en ti,
para así poder ser feliz.
Pues, “más vale intentar lo imposible,
y morir en el empeño,
y ser feliz mientras tanto,
luchas por un sueño”.
Con la voz de Yolanda Adabuhi